En la búsqueda de las tortugas: nueve años sin justicia para los 43 de Ayotzinapa.
- El Cuarto Poder Oaxaca
- 2 oct 2023
- 5 Min. de lectura
"Columna de opinión: Escribo de sueños y entre sueños escribo.
"Columna de opinión: Escribo de sueños y entre sueños escribo.
En la búsqueda de las tortugas: nueve años sin justicia para los 43 de Ayotzinapa.
El frío ambiente de la Ciudad de México tenía un dejo de melancolía. El país entero se despertaba con una escalofriante noticia, una tragedia que tocó las fibras más sensibles de la memoria colectiva. Nuevamente se orquestaba una de las acciones más violentas contra las protestas sociales: la desaparición de estudiantes, rodeada por una misteriosa conjugación entre el crimen organizado, distintos órdenes de gobierno y las propias fuerzas armadas. Esto detonó las movilizaciones y exigencias a nivel nacional e internacional.
Sin embargo, tras nueve años del caso de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ubicada en la Hacienda de Ayotzinapa, a las afueras del municipio de Tixtla (el Lugar de las Tortugas), en el estado de Guerrero, los avances han sido pocos. Con el pasar de los años, el discurso mediático se ha volcado en dar difusión solo a los destrozos que se realizan durante las manifestaciones, dejando de lado el verdadero problema: la opacidad y protección que desde el Estado se ha dado a uno de los involucrados principales y que desde el inicio ha tenido información fundamental, las fuerzas armadas.
Mientras los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa se preparan para las acciones que acompañarán a los padres y madres de sus compañeros desaparecidos, siguen sin respuesta a su pliego petitorio por parte de la gobernadora Evelyn Salgado. Continúan habitando instalaciones cuyo deterioro es notable, pero se mantienen firmes ante las 43 razones que tienen para continuar la búsqueda de justicia.
Nueve años de ese evento y aquellas miradas hinchadas por el dolor de saber desaparecidos a sus hijos, el cansancio en sus pasos y la frustración de no encontrar justicia, siguen tan presentes como al inicio de su búsqueda, en los padres y madres de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. Durante su travesía en la búsqueda de justicia y hallar a sus hijos, han sido objeto de simulaciones con la conocida verdad histórica, aquella simulación con la que el entonces presidente Enrique Peña Nieto pretendía dar carpetazo a un dolor que se volvió colectivo, todo ello con el fin de mantener al margen a las fuerzas armadas.
Las cosas no han cambiado mucho, pues si bien, el regreso al país del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la promesa de la actual administración para facilitar toda la información necesaria para esclarecer los hechos generó esperanza entre la sociedad, la realidad fue otra. La constante negativa de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), que ha ocultado información precisa y que tuvo conocimiento en tiempo real de todo lo que estaba ocurriendo con los normalistas aquella noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, según declaraciones del propio GIEI, deja claro que la justicia está aún muy lejos.
No solo está lejos de llegar, sino que sabiéndose respaldados por el propio poder ejecutivo y tras la gran fuerza de la que ha sido dotado en la actual administración, la SEDENA sabe que poco o nada podrán hacer los padres y madres de los normalistas desaparecidos, pues, a la par, los medios de comunicación magnifican y satanizan las acciones que los estudiantes realizan durante sus manifestaciones, eludiendo y desdibujando la motivación real: la justicia.
Ante la culminación de la administración federal que prometió facilitar las herramientas e información necesaria a los padres y madres de los estudiantes desaparecidos para desmontar aquella verdad histórica y dar luz sobre lo que realmente ocurrió aquella noche, las promesas se desdibujaron, la verdad se hizo lejana y la evasión fue notoria, pues al tocar aquella institución que durante años fuera el brazo fuerte del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, paulatinamente se convirtió en el cuerpo mismo del Estado. Por lo tanto, ¿cómo manchar y procesar a tu brazo ejecutor?
Lo anterior se acompaña con la desacreditación constante en medios de comunicación de las acciones, no solo de los estudiantes normalistas, sino también de los padres y madres de los estudiantes desaparecidos, a quienes antes de estas fechas, les señalan como oportunistas cuyo interés principal es conseguir dinero o un puesto político, negándoles su derecho a exigir justicia hasta encontrar a sus hijos, frente a un Estado que solo les da promesas y avances parciales, siempre que eso no involucre entregar a su institución favorita.
La empatía social frente a este hecho poco a poco desaparece, gracias al discurso institucional de enaltecer a la SEDENA y su compromiso irrevocable de ayudar al pueblo, un pueblo al que se le ha olvidado que la movilización social ha sido la herramienta que ha permitido los cambios en las distintas democracias. Y aunque la tendencia a corromperse en el camino es una posibilidad latente y fácilmente demostrable, la reparación integral del daño y el acceso a la justicia y a la verdad no debe estar en discusión, pues lamentablemente el mismo Estado ha sido el principal promotor de este tipo de acciones, al continuar encubriendo a los participantes, peor aún, les ha dotado de mayor fuerza política. Entonces, vale la pena preguntarse, ¿por qué si se ha solicitado vía institucional la justicia, no hay respuesta? ¿por qué frente a las pruebas del involucramiento de la SEDENA continúan encubriéndoles?
Hoy más que nunca la solidaridad frente a este evento debe exigir la justicia y esclarecimiento, sin importar quiénes salgan involucrados, para dar paz a esos padres, madres y familias que solo esperan saber la verdad de lo que pasó esa noche, el paradero de sus hijos y la aplicación de la ley a los involucrados, para al fin poder llorar en un lugar donde saben que sus hijos descansan, pero sobre todo, para poner un límite al actuar de un ente que hoy goza no solo de poder, sino también de impunidad.
Puede que no estemos de acuerdo en las acciones que realizan para exigir justicia, pero tú, ¿qué harías si tras nueve años y después de acudir ante las instituciones, no hay avances y continúas sin saber lo que ocurrió con un familiar desaparecido? Peor aún, ¿qué harías si sabes que alguien tiene la información necesaria para esclarecer el caso, esperarías tranquilamente en tu casa? ¿Cómo exigirías justicia tras nueve años de opacidad?
En apoyo a las madres y padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y para quienes esperamos justicia, hoy los nombramos:
1. Benjamín Ascencio Bautista, 19 años
2. Marcial Pablo Baranda, 20 años
3. Israel Caballero Sánchez, 21 años
4. José A. Campos Cantor, 33 años
5. Abelardo Vázquez Penitén, 19 años
6. Abel García Hernández, 19 años
7. Leonel Castro Abarca, 19 años
8. Adán Abrajan De la Cruz, 24 años
9. Christian Tomás Colón Gárnica, 18 años
10. Jorge Aníbal Cruz Mendoza, 19 años
11. Bernardo Flores Alcaraz, 21 años
12. Luis Ángel Francisco Arzola, 19 años
13. Antonio Santana Maestro, 20 años
14. Alexander Mora Venancio, 19 años
15. Carlos Iván Ramírez Villarreal, 20 años
16. Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, 19 años
17. César Manuel González Hernández, 22 años
18. Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, 19 años (identificado)
19. Cutberto Ortiz Ramos, 22 años.
20. Doriam González Parral, 19 años.
21. Jorge Luis González Parral, 21 años
22. Emiliano Gaspar de la Cruz, 22 años
23. Everardo Rodríguez Bello, 19 años
24. Felipe Arnulfo Rosas, 20 años
25. Giovanni Galindez Guerrero, 20 años
26. Israel Jacinto Lugardo, 19 años
27. Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, 21 años
28. Jhosivanni Guerrero De la Cruz, 20 años (identificado)
29. Jonás Trujillo González, 20 años
30. Jorge Álvarez Nava, 19 años
31. Jorge Antonio Tizapa Leguideño, 20 años
32. José Ángel Navarrete González, 18 años
33. José Eduardo Bartolo Tlatempa, 17 años
34. José Luis Luna Torres, 20 años
35. Julio César López Patoltzin, 24 años
36. Luis Ángel Abarca Carrillo, 18 años
37. Magdaleno Rubén Lauro Villegas, 19 años
38. Marco Antonio Gómez Molina, 21 años
39. Martin Getsemany Sánchez García, 20 años
40. Mauricio Ortega Valerio, 18 años
41. Miguel Ángel Hernández Martínez, 28 años
42. Miguel Ángel Mendoza Zacarías, 23 años
43. Saúl Bruno García, 19 años.
¡Gracias por leerme! Aunque escribo de sueños y entre sueños escribo…
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